Hola!Llegó la primavera: más sol, más calorcito, espíritu primaveral y... ¿más amor?
Diego Golombek devela algunos misterios sobre la primavera y el amor.
Decimos que la primavera es la estación del amor. Las evidencias científicas, por lo menos en lo que al género humano se refiere, no parecen darnos la razón. Pero como cualquier excusa es buena para hablar de amor, aquí vamos. Disipa nuestras dudas el biólogo Diego Golombek, autor de Sexo, drogas y biología (Siglo XXI Editores), un libro sobre el amor , como él lo califica.
¿Qué sabe la ciencia del amor?
El amor es, como todas las emociones, una configuración particular del cerebro que conlleva reacciones inconscientes en todo el cuerpo como cambios en la frecuencia cardíaca, sudoración, rubor, etcétera. En particular, el estado de enamoramiento utiliza los mismos circuitos neuronales que los mecanismos de búsqueda de recompensa, por eso tal vez podamos decir (con un poco de exageración, claro) que el amor es como una adicción o una droga dura.
¿Pueden decir algo los científicos sobre qué nos hace elegirnos?
Mucho. Hay señales inconscientes de salud, de estado reproductivo, hasta de compatibilidad inmune, que entran en juego a la hora de elegir pareja. Asimismo, hay muchos rasgos imperceptibles de edad, de género o de aptitud reproductiva que el cerebro engloba bajo la idea de "belleza", que por supuesto está también modulada por características sociales o culturales. Lo interesante es que los humanos son también capaces de escapar a este mandato biológico y, por ejemplo, sentirse muy atraídos por personas más allá de sus posibilidades reproductivas.
¿Qué experimentamos en el momento del flechazo, de la confirmación?
Por supuesto que más allá de estos mandatos biológicos, aquí entran en juego pautas sociales, culturales, educativas y hasta de clase. Sin embargo, el estado inicial de enamoramiento se correlaciona con cambios importantes en el funcionamiento cerebral, incluso se ha visto que durante esta etapa inicial podría haber una disminución en tareas de atención, aprendizaje o memoria.
¿Cuáles son las diferencias de género más notables?
Las mujeres dedican una gran cantidad de energía a la manutención y crecimiento de sus gametas (los óvulos), y obviamente cuidarán muchísimo con quien compartirlos. A grandes rasgos, los machos de cualquier especie tienen una estrategia diferente: la producción masiva de gametas (espermatozoides) y la necesidad de asegurarse la perpetuidad de sus genes, casi diríamos que por cualquier medio. Asimismo, los rasgos de belleza que se notan en las mujeres tienden a estar más relacionados con la edad y las posibilidades reproductivas (y, por otra parte, algunos de estos son los que se resaltan con cirugías o, más sencillamente, con maquillaje, como en los ojos o los labios). Por su parte, los rasgos de atracción en el hombre tendrán más que ver con las posibilidades de cuidado y crianza de la futura familia.
¿La primavera es la estación del amor?
Muchas especies son de reproducción estacional, aunque no es estrictamente el caso de los humanos (pese a que hay algunas evidencias de que habría una tendencia hacia un comportamiento reproductivo estacional). Lo de asociar la primavera a la estación del amor seguramente provenga de una percepción cultural relacionada a que luego del invierno la gente tiende a salir más al exterior y, por lo tanto, a relacionarse más con los otros.
¿Hay algo que todavía la ciencia no sabe y se está investigando? ¿Vamos a poder reservarnos una cuota de misterio?
¡Muchísimo! (en ambos casos). No sabemos demasiado sobre el amor como adicción, o por qué se eligen y mantienen parejas que no parecen ser las adecuadas para una vida "normal". Tampoco sabemos cómo es la transición del estado de enamoramiento inicial al amor crónico y sostenido. Pero más allá de las lupas que podamos orientar hacia el cerebro, las subjetividades siempre tendrán una necesaria y atractiva cuota de misterio: saber más, querer saberlo todo, pero siempre tener un universo de preguntas por delante. Y nosotros somos el principal de los misterios.
¿Y ustedes qué creen? ¿Es más facil enamorarse en primavera?